El negocio online es de los pocos sectores que no ha notado la crisis estos años y el que promete mayores crecimientos. Según el Instituto Nacional de Estadística ya hay más de doce millones de consumidores que compran en tiendas online en España y el 2016 la cifra de negocio del sector del comercio electrónico superó los 6000 millones de euros.
A nivel de facturación, es sorprendente el hecho de que pese a ser un sector totalmente global, el 49.2% de las ventas a nivel online se realizan en España, el 47.1% se concentran en la Unión Europea y el resto del mundo supone únicamente un mísero 3.7% según la CNMC. Cualquier otro sector económico firmaría estas cifras ya que nos situaríamos líderes en el mundo en exportaciones.
A nivel de penetración en el sector online o del comercio electrónico de las empresas es dispar. El comercio electrónico aporta como mínimo el 1% de la facturación total del 19% de las empresas españolas, una cifra que parece pequeña pero que nos sitúa al nivel de Reino Unido o Francia y, muy por encima, de Italia. A nivel de facturación, el comercio online supone el 16% de las ventas totales de nuestras empresas, aunque hay que reconocer que desde 2012 únicamente ha conseguido robar 2 puntos de cuota de mercado, que no es poco pero marca claramente que lo mejor está aún por llegar.
De los 12 millones de compradores, estos se sitúan preferentemente en la franja de personas entre 35 y 44 años con ingresos mensuales elevados. El sexo no es un hecho diferenciador. Los que aún no dan el paso a comprar en tiendas online es por qué prefieren el asesoramiento clásico de las tiendas físicas en un 42% de los casos. Hay que resaltar el hecho de que el miedo a la seguridad en los pagos online, el tradicional freno al comercio electrónico, ha caído a mínimos históricos y supone el principal freno a un 17% de los consumidores de España -el doble que en la Unión Europea-.
Viendo estos datos, sorprende aún la cantidad de empresas y profesionales que aún no se deciden a dar el paso a vender online a través de una tienda online o un e-commerce. Probablemente, el desconocimiento y el miedo al cambio son los principales frenos a las empresas para vender online pero no son conscientes que sus competidores ya lo están haciendo y que empiezan o definitivamente corren el riesgo de llegar muy tarde.
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