El concepto es muy sencillo, Google indexa la información existente en las diversas páginas web, lo que nos permite a los usuarios acceder mediante el buscador a toda la información pública existente en todas las páginas web. Eso supone un problema en determinados casos, por ejemplo si buscamos Biescas en Google, veremos que los primeros resultados hacen referencia a las riadas mortales del 1996, una información que la propia gente de Biescas preferiría olvidar. El problema es que esa información se encuentra publicada en muchas páginas web como la Wikipedia. Eso ha llevado a muchas personas a solicitar a Google su anulación. Sin embargo, Google argumenta con razón que ellos no son una agencia de medios y no publican esa información sino que simplemente la indexan. Conclusión, las personas interesadas deben ponerse en contacto con todas y cada una de las páginas web que contienen dicha información solicitar su retirada, concretamente 9.830 webs, ardua tarea. Y esto sucede con miles de casos.
Todo ello ha derivado en diversas denuncias contra la compañía americana, y ha obligado a la Abogacía General de la Unión Europea a posicionarse. La abogacía lo ha hecho en favor de Google, primando el derecho a la información sobre el de la protección de datos y no considerando, como sí había hecho la Agencia Española de Protección de Datos de responsables de los contenidos de terceros.
A partir de ahora si alguien quiere eliminar su huella en Internet debe ponerse en contacto con todas y cada una de las páginas webs que contienen la información que se desea eliminar.
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