La lucha por el pódium de las primeras posiciones orgánicas en Google se debate diariamente entre todos los copywriters especialistas en contenidos para SEO, los cuales deben crear artículos utilizando diferentes técnicas con el objetivo de aparecer en la primera página del buscador. Google es consciente de esto, y desde su lanzamiento ha creado nuevos algoritmos que han modificado considerablemente los requisitos de los contenidos web.
En este artículo analizaremos cómo eran los contenidos creados por los expertos del sector durante los primeros años de Google y la evolución que han vivido hasta el día de hoy.
Google llegó en el 1997 para quedarse. Durante los primeros años los redactores de páginas web tuvieron la libertad de experimentar con diferentes técnicas SEO para situarse en las primeras posiciones del buscador. Muchos expertos del sector se dieron cuenta de que la forma más eficaz de aparecer primeros era usar de forma repetida las principales palabras clave. Esta técnica se denomina “keyword stuffing”, una mala práctica que consiste en incorporar continuamente las keywords más relevantes en toda la web. Al no ofrecer contenido de valor para el usuario y basarse únicamente en la repetición de palabras clave, las webs que usaban, y siguen usado esta técnica, son penalizadas por Google.
Con los años, Google prestó más atención a las técnicas que utilizaban los expertos SEO para conseguir aparecer en las primeras posiciones del buscador. Muchas de ellas no eran útiles para el usuario, ya que no incluían elementos que pudieran ayudarlo a encontrar aquello que le interesaba, por ese motivo, Google intervino creando algoritmos que cambiarían todos los parámetros del contenido web publicado hasta el momento.
En agosto del 2011 apareció el algoritmo Panda, el responsable de aniquilar todas las webs que utilizaban prácticas de contenido poco recomendables.
A partir de ese momento, Google se centró en valorar los contenidos que daban respuesta a las búsquedas de los usuarios. El algoritmo Panda generó un cambio permanente en la valoración de los textos de todas las webs que había hasta el momento, afectando notablemente en el contenido que se creó posteriormente.
El objetivo de Google era penalizar a todas las webs que tenían contenidos duplicados, que utilizaban masivamente las principales palabras clave y que, por lo tanto, no ofrecían ningún valor al usuario. En definitiva, Panda se creó para acabar con las técnicas de redacción SEO más invasivas, aplicadas con la intención de posicionarse en las primeras posiciones sin tener en cuenta las necesidades de los usuarios.
El algoritmo sigue en funcionamiento y dispone de un sistema de aprendizaje que constata si una web tiene contenido de calidad o no. Una vez ha realizado esta valoración basada en sus criterios, eleva a las webs que tienen contenido de valor y entierra en las últimas posiciones a las que se han quedado estancadas con textos pobres.
En conclusión, el algoritmo Panda, que sigue controlando los contenidos de los redactores, ha sufrido diferentes actualizaciones para seguir asegurando la creación de textos donde el usuario resuelva sus consultas, ofreciéndole toda la ayuda necesaria y generando el máximo valor posible; por lo tanto, es importante seguir las directrices sugeridas por Google a la hora de crear contenido para páginas web.
Pues el mismo que para Google. Por suerte, el buscador número uno del mundo tiene los mismos intereses que los usuarios, resolver todas las dudas con contenido de valor, el cual puede generarse de diferentes maneras, aunque no podemos olvidar que ofrecer una buena experiencia de usuario también es un elemento clave. A continuación, indicamos algunas cuestiones que deben tenerse en cuenta antes de empezar a escribir un contenido:
En conclusión, crear contenidos que agraden a tus usuarios hará muy feliz a Google, que te recompensará con un aumento de posiciones. Aún sí, es imprescindible que se utilicen las principales directrices básicas de SEO en los contenidos, como el uso conveniente de palabras clave, la incorporación de títulos y subtítulos adecuados y la categorización de los diferentes temas. Todo ello te hará triunfar como redactor de contenidos.
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