El SXO, o Search Experience Optimization, es la fusión de dos disciplinas clave del entorno digital: el SEO y UX. Esta integración no es una moda, sino una respuesta lógica a cómo los usuarios buscan, consumen contenido y toman decisiones online. Tampoco es una técnica a aplicar ni una checklist a seguir: es un enfoque integral en nuestra forma de afrontar los proyectos digitales.
El SEO consiste en optimizar un sitio web para aparecer en los primeros resultados de Google. Implica trabajar el contenido, la estructura, la velocidad, los enlaces… pero sobre todo, entender qué necesita el usuario.
La UX se ocupa de lo que ocurre cuando el usuario ya está dentro del sitio: si entiende la información, si navega fácilmente, si puede realizar acciones sin frustración.
El SXO combina ambos mundos para optimizar toda la experiencia de búsqueda: desde el momento de la búsqueda hasta la conversión. No basta con aparecer en Google, hay que merecer el clic… y después, no decepcionar con lo que encuentra el usuario en nuestro sitio.
Imagina que buscas "abogado cláusula suelo Barcelona" y haces clic en un sitio que carga rápido, tiene información clara, lenguaje comprensible y un formulario accesible. Te genera confianza y acabas contactando. Eso es SXO. Llegas a una web que casualmente hemos programado y posicionado nosotros, Advocats Ferrer: una landing con un propósito claro, información ordenada y jerarquizada, absolutamente responsive, que carga rápidamente, y en la cual el usuario tiene claro qué puede hacer y qué esperamos de él: ¡Contáctanos!
El principal trabajo de los SEOs es la observación y análisis de los algoritmos y patentes de Google, y cómo estos impactan en los resultados de búsqueda. Hay una constante en la mayoría de actualizaciones: debemos que poner al usuario y su experiencia en el centro. Algunos de los updates más destacados en este sentido son:
Esto es importante porque trabajar desde una perspectiva SXO no solo mejora la experiencia del usuario: es una estrategia SEO a largo plazo. El que no aplique este enfoque tendrá SEO para hoy y una caída de visibilidad mañana (quizá pasado, pero llegará). Las acciones SEO tienen impacto a largo plazo, pero siempre llega, también el negativo.
Entre el primer y segundo día. Incluso si pudiera ser en el -1, validando el presupuesto del proyecto, sería maravilloso. Aunque eso no siempre es posible, por los recursos humanos, temporales o económicos que se puedan destinar al proyecto. En un escenario ideal los equipos de SEO, diseño web y contenidos deben colaborar desde el briefing inicial y durante todo el proyecto web. Y los SEOs y sus directrices deberían tener incidencia en distintas fases: definición de estructura web, contenido a conservar o trasladar (en el caso de webs ya existentes), estructuras de las páginas, validación del diseño web o aspectos de código que impacten en el SEO On Page, entre otros.
Creo que son cientos de ocasiones en las que hemos recibido una peticiones de clientes para posicionar sus webs y hemos renunciado a hacerlo de forma elegante, al ver inviable posicionar a largo plazo con ese sitio web. Y pensarás "qué estupidez, renuncian a trabajo por el cual cobrarían un dinero". Pero nada más lejos de la realidad: si aceptas posicionar un proyecto para llevar al usuario a una web que es un desastre, eso no va a acabar bien. Te estás engañando a ti o estás engañando al cliente, y no sé qué es peor (en realidad sí, al cliente).
Porque aunque consigas posicionarlo a corto o medio plazo, pueden pasar dos cosas:
Hacer SEO sin UX es como abrir una tienda en la mejor calle… pero con la persiana bajada. O que esté abierta pero todo esté revuelto, sin precios, ni atención al cliente. ¿Qué probabilidades hay de que compres algo allí? Es más, ¿cuántos segundos pasarías ahí? Pues en el entorno digital, todo ocurre más rápido.
En esos casos, preferimos ser honestos: si un proyecto no tiene base para posicionar, la solución no es hacer SEO sino rehacer la web para poder hacer SEO más adelante. Si el cliente insiste en no renovar el sitio, es mejor sugerirle soluciones alternativas como una landing optimizada con campañas SEM a corto plazo.
El libro SXO: Optimización de la experiencia de búsqueda con SEO y UX de Sara Fernández Carmona es muy recomendable. Esta consultora SEO aporta muchísima documentación, ideas, estrategias, herramientas y ejemplos para comprender este enfoque. Lo más interesante del libro es la transversalidad que predica: para que un proyecto digital funcione con el usuario en el centro deben generarse sinergias entre los stakeholders, pero sobre todo entre los equipos de diseño web, UX y SEO.
No tengo una bola de cristal, pero diría que esto del SXO no es una tendencia pasajera: es la mejor manera de crear sitios web que posicionen y conviertan. Y con el tiempo, si una web no está preparada para atrapar y convertir, no posicionará.
En La Teva Web llevamos tiempo aplicando esta visión estratégica en todos nuestros proyectos, sin saber que existía este vocable tan sugerente para definirlo. Nuestros equipos de project management, SEO, diseño web y contenidos colaboran desde la elaboración del presupuesto hasta la publicación del sitio, orientando cada minuto, píxel o línea de código a generar negocio para nuestros clientes.
Este enfoque es clave para relaciones duraderas y fructíferas. Y nos sitúa en una posición privilegiada de cara al futuro: esto solo podrán aplicarlo agencias que realmente sepan hacer diseño web, desarrollo y SEO de calidad, algo muy difícil de encontrar hoy en día.
Si buscas una agencia que no solo hable de SEO, sino que lo integre con una visión estratégica, técnica y de negocio, en La Teva Web llevamos años preparándonos para este momento. Y ahora, lo llamamos SXO.
¿Tienes un proyecto en mente? Cuéntanoslo
Una web bien posicionada pero con mala experiencia de usuario no convierte. El SXO es la solución para lograrlo todo.